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Los nuevos compromisos climáticos apenas frenan el calentamiento global

Los nuevos compromisos climáticos de los gobiernos solo han reducido ligeramente el aumento de la temperatura global a lo largo de este siglo, dejando al mundo en el camino hacia una grave intensificación de los riesgos y daños climáticos.
La advertencia proviene del último Informe sobre la Brecha de Emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), emitido este martes antes de la conferencia climática COP30, que se inaugurará la próxima semana en Belém, Brasil.
Casi una década ha pasado desde que los líderes mundiales adoptaron el Acuerdo de París, que tiene como objetivo mantener el aumento de la temperatura media global muy por debajo de los 2°C sobre los niveles preindustriales y, preferiblemente, dentro del umbral de 1,5°C.
Planes de acción climática
Los países describen sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el calentamiento global a través de planes de acción conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) que se presentan cada cinco años.
La tercera ronda cubre el período hasta 2035, y solo 60 partes, menos de un tercio, presentaron nuevas Contribuciones antes de finales de septiembre.
El informe revela que las proyecciones de calentamiento global para este siglo, basadas en la implementación completa de los planes, se sitúan ahora entre 2,3 y 2,5 °C, en comparación con 2,6 a 2,8 °C en la edición del año pasado.
Aquellas basadas en las políticas actuales son de 2,8 °C, en comparación con 3,1 °C el año pasado.
No se alcanza la meta
El PNUMA señaló, sin embargo, que las actualizaciones metodológicas representan 0,1 °C de la mejora, mientras que la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París cancelará otros 0,1 °C, “lo que significa que las nuevas Contribuciones en sí mismas apenas han movido la aguja”.
Como resultado, las naciones siguen estando muy lejos de cumplir los objetivos del histórico tratado. Por lo tanto, se necesitan reducciones de emisiones anuales del 35% y del 55%, en comparación con los niveles de 2019, para alinearse con los objetivos de 2 °C y 1,5 °C.
El informe concluye que el aumento promedio de la temperatura global superará 1,5 °C, al menos temporalmente, lo cual será difícil de revertir.
“Si bien los planes climáticos nacionales han logrado algunos avances, estos están lejos de ser lo suficientemente rápidos, razón por la cual todavía necesitamos recortes de emisiones sin precedentes en una ventana cada vez más estrecha y con un contexto geopolítico cada vez más desafiante,” dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
“Pero aún es posible. Las soluciones comprobadas ya existen”, agregó.
‘Sabemos lo que hay que hacer’
El informe hace un llamado a reducciones más rápidas y mayores de las emisiones para mantener el regreso al nivel de 1,5 °C para el año 2100 dentro del ámbito de lo posible.
“Cada fracción de grado evitada reduce una intensificación de los daños, pérdidas e impactos en la salud que están afectando a todas las naciones, mientras golpean más duramente a las más pobres y vulnerables, y reduce los riesgos de puntos de inflexión climáticos y otros impactos irreversibles”, señaló el PNUMA.
La agencia fue enfática en que la comunidad internacional puede acelerar la acción climática, si así lo decide.
Desde la adopción del Acuerdo de París, las predicciones de temperatura han bajado de 3 a 3,5 °C. Además, existen tecnologías disponibles para lograr grandes reducciones de emisiones, como la energía eólica y solar.
“Desde el rápido crecimiento de la energía renovable barata hasta el abordaje de las emisiones de metano, sabemos lo que hay que hacer,” dijo la señora Andersen.
“Ahora es el momento de que los países lo den todo e inviertan en su futuro con una acción climática ambiciosa, una acción que genere un crecimiento económico más rápido, mejor salud humana, más empleos, seguridad energética y resiliencia”.