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El actual ciclo de violencia en Yemen aleja aún más al país de un proceso de paz

El enviado especial de la ONU para Yemen advirtió este lunes que la estabilidad en ese país está intrínsecamente ligada a la volatilidad del Medio Oriente, señalando que el conflicto yemenita no solo refleja las tensiones regionales, sino que las amplifica.
En una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en Yemen, Hans Grundberg expresó su profunda preocupación por la alarmante y peligrosa escalada de hostilidades entre Ansar Allah (los hutíes) e Israel en el contexto de la guerra en Gaza.
La violencia ha estado marcada por ataques a Israel con drones y misiles por parte de los hutíes, y represalias israelíes que han dejado víctimas civiles y funcionarios muertos, algunos de ellos interlocutores clave de la ONU.
“Este ciclo de escalada de violencia debe terminar (…) está alejando a Yemen aún más de un proceso de paz que traería una paz duradera y crecimiento económico”, enfatizó.
Detención arbitraria de personal de la ONU
El enviado también denunció la reciente detención arbitraria de 22 miembros del personal de la ONU en las ciudades de Saná y Al Hudayda por parte de Ansar Allah, una cifra que eleva a más de 40 los trabajadores de la Organización retenidos, además de un empleado que falleció bajo custodia.
Grundberg recordó que estas acciones violan el derecho internacional, y ponen en peligro los esfuerzos de paz y la asistencia humanitaria.
Llamado a retomar el diálogo
Pese a estos desafíos, reportó algunos avances, como la mejora económica en zonas controladas por el gobierno de Yemen y la reapertura de rutas importantes.
Asimismo, alertó de que los recientes enfrentamientos en Al Dhale’, Marib y Taiz podrían reavivar el conflicto.
El enviado llamó a todas las partes a retomar el camino del diálogo, subrayando que las decisiones unilaterales “endurecen posturas y prolongan el conflicto”.
Para finalizar, refrendó el compromiso de la ONU con una solución política inclusiva y liderada por los yemenitas.
El tercer país con mayor inseguridad alimentaria
En la esfera humanitaria, el coordinador de Ayuda de Emergencia, también presente en la sesión del Consejo de Seguridad, afirmó que el aumento de los precios de los alimentos, las amenazas a la seguridad del personal humanitario, el colapso económico y el conflicto en curso convierten a Yemen en el tercer país con mayor inseguridad alimentaria del mundo.
Para febrero próximo se espera que un millón más de personas se enfrenten al hambre extrema, sumándose a los 17 millones de yemenitas que ya padecen una grave escasez de alimentos, precisó Tom Fletcher.
Falta de fondos
Si bien la ONU y sus socios continúan ayudando a los más necesitados, la escasez de fondos y un entorno operativo cada vez más complejo impiden que los trabajadores humanitarios brinden la asistencia vital que se necesita, apuntó Fletcher, urgiendo a los donantes internacionales a financiar los trabajos humanitarios en Yemen.
Además de la crisis de inseguridad alimentaria, dos millones de mujeres y niñas han perdido el acceso a servicios de salud reproductiva, en un lugar en el que una mujer muere cada dos horas durante el embarazo, explicó.
Fletcher también instó a las partes en conflicto a garantizar la seguridad del personal humanitario y a devolver las bases de la ONU ocupadas para permitir que las operaciones de socorro continúen.