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La ONU aplaude la decisión de Tailandia de conceder derechos laborales a los refugiados de Myanmar

Una mujer de 76 años de Myanmar viajó sola a Tailandia y trabaja pelando camarones en Rangong.
ARCHIVO: OIM/Benjamin Suomela
Una mujer de 76 años de Myanmar viajó sola a Tailandia y trabaja pelando camarones en Rangong.
La medida no solo ayudará a los refugiados a mantenerse a sí mismos, sino que también beneficiaría a las economías locales y reforzaría el crecimiento a largo plazo de Tailandia.

La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) ha acogido con satisfacción la nueva resolución del Gobierno tailandés que permitirá a los refugiados de Myanmar que llevan mucho tiempo en el país trabajar legalmente.

ACNUR señala que, además, supondrá un importante impulso para la economía nacional.

Unas 81 000 personas desplazadas por la fuerza, en su mayoría karen y karenni, así como otros grupos étnicos, se encuentran alojadas en refugios temporales a lo largo de la frontera entre Tailandia y Myanmar, donde llevan décadas viviendo en campamentos.

«Punto de inflexión»

La representante del ACNUR en Tailandia, Tammi Sharpe, describió la decisión del Gobierno como un importante «punto de inflexión».

Afirmó que no solo ayudaría a los refugiados a mantenerse a sí mismos, sino que también beneficiaría a las economías locales y reforzaría el crecimiento a largo plazo de Tailandia.

«Al liberar el potencial de estas personas, Tailandia no solo está defendiendo los principios humanitarios, sino que también está realizando una inversión estratégica en su propio futuro», afirmó Sharpe.

Aunque la nueva resolución abarca un número limitado de personas, la agencia de la ONU afirmó que seguirá abogando por una mayor inclusión de los refugiados, ofreciendo apoyo al Gobierno tailandés en la puesta en marcha de la nueva política.

Recortes en la ayuda

La medida se produce en un momento en que los presupuestos de ayuda para las personas desplazadas en todo el mundo se enfrentan a severos recortes.

Para la agencia de la ONU, la medida de Tailandia podría sentar un precedente regional para políticas de refugiados sostenibles y basadas en los derechos, y servir de modelo para países que se enfrentan a retos similares, según el ACNUR.

Según la agencia, se necesitan 25,4 millones de dólares en 2025 para garantizar la continuidad de las operaciones cubiertas por la oficina internacional con sede en Tailandia, que también supervisa las operaciones en Camboya, la República Democrática Popular Lao y Vietnam.