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La trata de personas es crimen organizado, se debe fortalecer la protección legal a sus víctimas

Una migrante etiope de 19 años que fue víctima de trata se recupera en un lugar seguro en Yemen.
© OIM/Rami Ibrahim
Una migrante etiope de 19 años que fue víctima de trata se recupera en un lugar seguro en Yemen.
En la jornada mundial contra ese atropello, las agencias contra el delito y para las migraciones reclaman una acción inmediata y coordinada que también aborde la criminalidad a la que se obliga a muchas víctimas, un tercio de las cuales es menor de edad. Entre 2020 y 2023, más de 200.000 personas sufrieron ese abuso, aunque se estima que el número de casos no denunciado es significativamente mayor que la cifra documentada.

Las víctimas de trata aumentan cada año, y cada año también recorren mayores distancias, afrontan más violencia durante periodos más largos y producen mayores ganancias para los traficantes, que las explotan y las obligan a participar en actividades delictivas como estafas en línea, fraudes o narcotráfico, alertaron este miércoles dos agencias especializadas de la ONU.

En el Día Mundial contra la Trata, conmemorado cada 30 de julio, la Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) recordaron que la trata de personas es una amenaza global impulsada por el crimen organizado y llamaron a ponerle fin y a proteger a las víctimas.

Los datos de la ONU indican que entre 2020 y 2023, más de 200.000 personas fueron víctimas de trata, pero esta sería solo la punta del iceberg, ya que el número real de casos no denunciados es significativamente mayor.

Trata transfronteriza

Las redes delictivas organizadas impulsan esta victimización y explotación, utilizando los flujos migratorios, las cadenas de suministro globales, las lagunas legales y económicas y las plataformas digitales para facilitar la trata transfronteriza a gran escala.

La UNODC señaló que los traficantes se benefician del trabajo forzoso, la explotación sexual y la coerción para que sus víctimas participen en actividades delictivas, como estafas en línea y tráfico de drogas.

Las investigaciones sobre trata indican que una de cada tres víctimas es menor de edad, y que un 78% de ellas es reclutada para trabajo forzoso o explotación sexual

En este sentido, la OIM añadió que los grupos criminales organizados obligan a las personas en situación de vulnerabilidad como migrantes, menores y jóvenes, a cometer delitos por medio de manipulación, amenazas y violencia. “No hay una intención deliberada por detrás de estos hechos delictivos, sino que son producto del engaño y la explotación”, afirmó.

A menudo, las víctimas son reclutadas por medio de falsas promesas de empleo y obligadas a cometer delitos en condiciones similares a la esclavitud moderna, abundó.

Crisis de derechos humanos

“La trata de personas es una crisis de derechos humanos. Pero es mucho más que eso: es un negocio mundial masivo que fomenta la corrupción, provoca temor y afecta a los más vulnerables”, dijo la directora general de la OIM, Amy Pope.

La crisis se agrava con rapidez, sobre todo en regiones como el sureste asiático, donde se estima que cientos de miles de personas son retenidas en complejos tras haber sido engañadas. Esas personas sufren aislamiento, abuso y privación de su voluntad.

Aún tras escapar o haber sido rescatadas, muchas de ellas siguen enfrentando registros delictivos, estigma social y sistemas que los tratan más como delincuentes que como sobrevivientes. El trauma dura mucho tiempo después que la explotación ha llegado a su fin, subrayó la OIM, y precisó que esa forma de trata genera a los traficantes unos 40.000 millones de dólares al año.

“Los tratantes obtienen utilidades no solamente por los delitos cometidos bajo coerción sino también por los sistemas de justicia que criminalizan a las víctimas permitiendo de tal modo la impunidad. Cuando los sobrevivientes son procesados se les niega apoyo esencial, en tanto que los autores siguen estando bajo protección por las fallas sistémicas y la inacción”, denunció la agencia.

Las personas tratadas son víctimas, no delincuentes

La OIM enfatizó que el reconocimiento de los sobrevivientes de ese delito como víctimas y no como delincuentes es una obligación moral y una necesidad estratégica para desmantelar las redes de trata. 

“Los gobiernos deben defender el principio de no punibilidad y garantizar que los Mecanismos Nacionales de Derivación no sean meros procesos burocráticos sino cuerdas salvavidas que brinden protección, asistencia legal y apoyo de reintegración”, puntualizó.

La Organización advirtió que los conflictos, los desastres y la pobreza siguen creando condiciones favorables para la explotación, aumentando los riesgos para millones de personas que ya están en situación de vulnerabilidad. 

La UNODC sostuvo que las respuestas de la justicia penal son insuficientes para abordar el delito en rápida evolución. “Para acabar con la trata de personas, las fuerzas del orden deben aplicar leyes estrictas, realizar investigaciones proactivas, fortalecer la cooperación transfronteriza, combatir las finanzas delictivas y aprovechar la tecnología para identificar y desmantelar las redes de trata.

Enfoque centrado en las víctimas

“Garantizar la justicia para las sobrevivientes requiere responsabilizar a los perpetradores y brindar un enfoque centrado en las víctimas para la protección, el apoyo y el acceso a la justicia”, recalcó.

En el mismo tenor, la OIM urgió a los gobiernos, a los asociados internacionales y a las comunidades a actuar colectivamente. “La protección, la justicia y el apoyo a largo plazo deben ser prioritarios. Es necesario también reconocer a los sobrevivientes como personas cuyos derechos han sido violados y cuyos futuros dependen de nuestro compromiso con la dignidad y con la justicia”.

“Hasta que no protejamos a las personas explotadas en lugar de castigarlas, no avanzaremos en la lucha contra la trata de personas”, aseveró Amy Pope.