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¿Cómo lograr que los más ricos paguen lo que les corresponde?

Los ODS se centran en eliminar la pobreza y brindar a las personas oportunidades para prosperar.
© WHO/Anna Kari
Los ODS se centran en eliminar la pobreza y brindar a las personas oportunidades para prosperar.
El 1% más rico del mundo posee más riqueza que el 95% de la humanidad. La brecha entre unos y otros es abisal. Una propuesta presentada por España y Brasil en la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo intenta estrecharla redistribuyendo la riqueza a través de los impuestos a quienes más tienen.  

España y Brasil presentan una iniciativa para impulsar a nivel mundial una mayor tributación de los superricos, en el marco de la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4), que se celebra en Sevilla. El objetivo es atajar un problema global: la desigualdad aumenta y la distribución de la riqueza no es equitativa.

Precisamente, una de las causas de esa brecha es la baja contribución a las arcas públicas de las personas con mayor patrimonio, que a menudo disfrutan de tasas impositivas más bajas o se aprovechan de resquicios legales para evitar aportar su parte.

“Nuestros países necesitan cada vez más ingresos públicos para hacer frente a sus necesidades. La desigualdad es un problema en todos los lugares y los más ricos pagan menos que la clase media, incluso que los contribuyentes con menos ingresos”, ha advertido el representante español, Jesús Gascón, secretario de Estado de Hacienda de España.

Ambos países buscan aliados para lograr una mejor redistribución de la riqueza a través de un sistema tributario progresivo y justo, en el que paguen más quienes más tienen, sin perder de vista un dato: el 1% más rico del mundo posee más riqueza que el 95% de la humanidad.

Intercambio de información

En un mundo globalizado, la información es clave. La iniciativa busca primero intercambiar información que permita conocer mejor las legislaciones de cada país y poner en común las deficiencias políticas, administrativas y estadísticas para evitar los “agujeros” y las “injusticias” que permiten la elusión fiscal.

Se trata de mejorar la calidad de los datos disponibles, fomentar el cruce de información entre países y desarrollar capacidades para el análisis efectivo de esa información. Esta estrategia permitirá a las administraciones fiscales identificar de forma más precisa las bases imponibles y reducir la evasión y elusión fiscal, especialmente en un contexto marcado por la creciente movilidad del capital y la globalización de las finanzas.

Esta iniciativa es un punto de partida. Los expertos aseguran que necesitan más información para conocer más sobre la concentración de la riqueza, cuánto están pagando realmente los mal ricos, cuál es el punto de partida de cada país en materia fiscal y aprender de los éxitos y fracasos de las experiencias del mundo. 

Si bien, reconocen que en los últimos años se ha hecho un esfuerzo para compartir datos no es suficiente.

Según se vaya avanzando proponen ayudar a las agencias tributarias que lo necesiten, elaborar guías, dar formación para hacer uso de las nuevas tecnologías del análisis masivo de datos. Se plantean establecer instrumentos de coordinación y diseñar un protocolo de peer review. Consideran imprescindible conocer los beneficiarios efectivos que están detrás de las sociedades y los distintos instrumentos jurídicos que se utilizan en muchos lugares del mundo.

Registro de la riqueza mundial

Se plantean incluso intercambios de información sobre activos: ¿por qué no llegar a un registro global de la riqueza? Para llega a ese punto todavía quedan fases intermedias y mucho trabajo por parte de cada país, pero esperan que esta iniciativa vaya acompañada de un impulso político.

“Como gobiernos, como sociedad civil, no podemos tolerar la intensidad de la desigualdad, que ha ido en aumento en los últimos años”, ha dicho, el representante brasileño, José Gilberto Scandiucci, ministro consejero de la Misión Permanente de Brasil ante la ONU.

Afirman que no buscan una “armonización” de sistemas fiscales, sino que el intercambio de experiencias sirva para que cada país haga su propia hoja de ruta para garantizar que quienes poseen un mayor patrimonio contribuyan proporcionalmente a su riqueza. 

“Es una iniciativa moderada para enfrentar una realidad muy radical”, ha asegurado Scandiucci.

Una agenda tributaria efectiva

La propuesta, se enmarca en la Plataforma de Acción de Sevilla, que busca materializar propuestas encaminadas al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y va línea del acuerdo del G20 en Río de Janeiro en 2024, donde por primera vez se acordó cooperar en la implementación de una agenda tributaria efectiva para los grandes patrimonios.

Para impulsar la propuesta se ha acordado elaborar en el plazo de tres meses un plan de trabajo para impulsar la iniciativa. Además, los países proponentes se reunirán periódicamente y al menos una vez al año en reuniones presenciales para intercambiar experiencias.

El objetivo es que se sumen a esta iniciativa gradualmente más países, así como organismos internacionales y entidades de la sociedad civil para impulsar y evaluar iniciativas legislativas relativas a la tributación de los ultrarricos.

“Si queremos grabar de una manera efectiva a los superricos, luchar contra la desigualdad que nuestros sistemas tributarios sean más justos y progresivos, necesitamos impulso político y avanzar  en la medida de nuestras posibilidades”, ha enfatizado el español.