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Los periodistas de guerra, olvidados en primera línea, advierte una reportera

Christina Assi, reportera de guerra libanesa, resultó herida en octubre de 2023 durante el conflicto entre Israel y Hezbolá.
© Christina Assi
Christina Assi, reportera de guerra libanesa, resultó herida en octubre de 2023 durante el conflicto entre Israel y Hezbolá.
Una reportera de guerra libanesa, que perdió una extremidad en acto de servicio, pide que se ponga fin a la impunidad de los atentados contra periodistas: “Nuestros chalecos de prensa nos están convirtiendo en objetivos y se estás convirtiendo en una sentencia de muerte para nosotros”. 

“En este momento no creo en nada. Nuestros chalecos de prensa nos están convirtiendo en objetivos y se estás convirtiendo en una sentencia de muerte para nosotros”, declaró recientemente Christina Assi, una reportera de guerra libanesa que perdió un miembro en acto de servicio, a Noticias ONU.

El 13 de octubre de 2023, Assi, que trabajaba como reportera gráfica para la Agencia France Presse (AFP), perdió la pierna derecha después de que dos ataques aéreos israelíes hicieran blanco en la ladera expuesta donde ella y otros colegas observaban el conflicto en curso entre las fuerzas israelíes y los militantes de Hezbolá.

Este año, la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo, ha estado marcada por el dolor, ya que casi 300 periodistas han muerto en los últimos conflictos.

Christina Assi es una de las pocas supervivientes, y nunca imaginó que sería objeto de un atentado simplemente por hacer su trabajo.

El día del atentado

Relató los angustiosos acontecimientos de aquel día, una de sus primeras misiones importantes, que rápidamente se convirtió en la experiencia más traumática de su vida.

“Empezaba a anochecer, estábamos a punto de irnos y, de repente, de la nada, nos atacaron”, relató.

“La primera vez que estuve en el suelo, no entendía muy bien lo que estaba pasando y gritaba pidiendo ayuda. Mi colega Dylan se apresuró a ayudarme y me hizo un torniquete. Pero 40 o 47 segundos después, nos volvieron a atacar”.

Tras el segundo ataque, Assi se encontró sola junto a un coche en llamas. Sangrando y gravemente herida, no tuvo más remedio que arrastrarse para salvar la vida.

“Mi chaleco de prensa pesaba demasiado y el cinturón de la cámara me asfixiaba”, recuerda. En ese momento empezó a perder la fe en las leyes y convenciones internacionales.

“Los periodistas nos quedamos solos”.

“Nuestros chalecos de prensa nos están convirtiendo en objetivos: se está convirtiendo en una sentencia de muerte para nosotros”.

El silencio de la comunidad internacional

Para Assi, la respuesta de la comunidad internacional al atentado, incluidas las condenas y las peticiones de investigación de la ONU, ha sido totalmente ineficaz.

“Creo que necesitamos algo más que palabras. Necesitamos acciones concretas y que ocurra algo que conduzca a la justicia de un modo u otro. Si no es ahora, será después”, afirmó.

Condenó enérgicamente la impunidad con la que continúan las agresiones a periodistas. “Nuestros casos están siendo desestimados como daños colaterales cuando, de hecho, no lo son. Son crímenes de guerra, y debe haber una investigación real”.

Los periodistas olvidados de Gaza

Assi también hizo hincapié en que la misma impunidad se aplica a los periodistas palestinos de Gaza, que han estado documentando la guerra desde el primer día.

“Han sido silenciados, atacados de todas las formas posibles. Está en todas las redes sociales y en las noticias, y sin embargo no se ha hecho nada. No se ha tomado ninguna medida para proteger a estos periodistas”, afirmó.

Señaló que la falta de presencia internacional no ha frenado la violencia. “Incluso con las escasas imágenes que hemos recibido, está claro lo horrible que es todo. Pero el mundo no ha reaccionado como debería. Nadie ha intentado siquiera detenerlo”.

Llevar la antorcha

Casi un año después de perder la pierna, Assi portó la antorcha olímpica en la ciudad francesa de Vincennes, antes de los Juegos de París de julio de 2024.

Fue más que un gesto simbólico, fue una gran oportunidad para rendir homenaje a su colega, el periodista de Reuters Issam Abdallah, que murió en el mismo atentado.

“Fue una gran oportunidad para honrar a todos los periodistas caídos y para que el mundo, la comunidad internacional, los europeos y todos aquellos que no sabían lo que nos había pasado, lo supieran”, declaró.