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Las parteras: Esenciales para salvar vidas y garantizar derechos sexuales y reproductivos

Durante una crisis ocasionada por un desastre o un conflicto, se duplican las probabilidades de que una mujer muera durante el embarazo o el parto. Esto debido a la dificultad para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad.
El despliegue de parteras en la primera línea de atención en las zonas más peligrosas o remotas es una de las maneras más eficaces para prevenir las muertes maternas y neonatales; garantizar el acceso a la salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar; y responder a la violencia sexual y de género, la cual también aumenta durante las crisis.
En el Día Internacional de la Partera, conmemorado cada 5 de mayo, abogar por la inclusión de las parteras en cada etapa de la preparación y respuesta ante una crisis no solo es fundamental, sino esencial para salvar vidas y lograr soluciones más efectivas.
“Ante una crisis humanitaria, las parteras tienen un papel muy importante, porque las mujeres embarazadas necesitan atención urgente y mayor seguimiento. La gran ventaja de tener una partera en la comunidad es que lleva un seguimiento muy cercano con cada mujer y garantiza la atención continua aun sucediendo estas crisis,” declaró Silvia Ramos, enfermera y partera profesional.

Cuando el mundo se para para presenciar lo que está sucediendo
La vida profesional de una partera está íntimamente relacionada con su día a día para poder brindar una atención inmediata en cualquier momento. Si bien implica una exigencia y entrega, también significa un gran honor y un regalo inmenso que no todas las profesiones permiten, reflexionó Silvia Ramos, quien durante ocho años ha acompañado partos en casa en la Ciudad de México.
“Lo más hermoso de mi profesión es esta sensación después de que ha nacido un bebé. Como si el tiempo se detuviera y el mundo se pudiera parar solo para presenciar lo que está sucediendo. Esos minutos en los que puedo sentir la oxitocina, el espacio lleno de amor, mirar a mis compañeras. En algunas ocasiones después de que un parto fue largo, difícil, que tuvo retos, haber podido acompañar a esa mujer de una satisfacción es muy hermosa”, comentó Silvia Ramos.
En muchos rincones de México, especialmente en comunidades rurales y de difícil acceso, donde la distancia a los servicios de salud puede ser un desafío significativo, las parteras son a menudo el primer contacto y un apoyo fundamental para la salud de las mujeres y sus recién nacidos. Con dedicación, recorren caminos y superan obstáculos para asegurar servicios esenciales que salvan vidas y protegen la salud y los derechos humanos.
En estos contextos, las mujeres pueden enfrentar mayores riesgos durante el embarazo y el parto. Fortalecer el rol de las parteras en cada comunidad, integrándose plenamente al sistema de salud.

Acompañar la vida, desde la menstruación hasta la maternidad
A pesar de su relevancia, particularmente en comunidades indígenas y rurales, la partería aún carece de un sólido reconocimiento social y en el caso de la partería tradicional sigue sin ser plenamente reconocida en el sistema de salud formal.
“Cuando no hay confianza en el modelo de partería las mujeres no asisten, tienen miedo y acuden a los hospitales como si estuviesen viviendo un proceso patológico y eso disminuye la oportunidad de poder acceder a una atención respetuosa, continua e individualizada”, puntualizó Silvia Ramos.
Según el informe sobre el Estado de la Matronas en el Mundo 2021, las parteras pueden prestar el 90% de todos los servicios esenciales de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal; sin embargo, representan sólo el 10% del personal que presta estos servicios y desafortunadamente su potencial sigue sin ser reconocido.
El documento refleja una necesidad mundial de 1,1 millones de profesionales dedicados a la salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y adolescente; la mayor escasez (900,000) son las parteras.
El informe revela que, a nivel global, las parteras podrían salvar 4,3 millones de vidas al año para 2035, si se continúan los esfuerzos para incorporarlas plenamente en los sistemas de salud.
“El reconocimiento de la partería profesional tiene como beneficios que las mujeres puedan acceder a cuidados individualizados, que las mujeres y sus familias reconozcan los procesos que están sucediendo en su cuerpo y que sean acompañadas de una manera respetuosa”, dijo Ramos.
A nivel nacional, las parteras en México tienen la capacidad de proporcionar una amplia gama de servicios esenciales de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal, incluyendo la planificación familiar. También brindan un apoyo vital a las sobrevivientes de violencia de género, una problemática que requiere una atención sensible y culturalmente apropiada.
“Me gustaría que las nuevas generaciones supieran que las parteras podemos acompañarlas desde la menstruación, hasta si eligen un embarazo o no, y podemos seguir acompañando cada proceso de la salud femenina”, sostuvo la partera.
Una nueva norma en el país buscan el reconocimiento de la partería en la atención integral materna y neonatal, la promoción de una atención respetuosa y centrada en la persona que fomente la colaboración entre servicios de salud y partería, así como la identificación de las personas que ejercen la partería profesional, lo que permitirá conocer la oferta potencial de personal en el país.

El trabajo de UNFPA en México
Desde 2016, el Fondo de Población de las Naciones Unidas en México (UNFPA) ha desarrollado una estrategia para fortalecer la partería profesional según los estándares internacionales, integrándola en el Sistema Nacional de Salud.
Esta estrategia promueve un modelo de atención con enfoque de derechos humanos, género e interculturalidad, especialmente en el primer nivel de atención, como vía clave para reducir la mortalidad materna, la cual es la principal causa de muerte entre mujeres en edad reproductiva a nivel global.
El programa contempla la formación de parteras profesionales a través de la mejora en la educación, el uso de simuladores y el acceso a campos clínicos adecuados. También busca su inclusión en equipos multidisciplinarios de salud.
El programa también impulsa alianzas con organizaciones nacionales e internacionales para el reconocimiento y fortalecimiento del rol de las parteras, promoviendo condiciones dignas para el ejercicio de la partería tradicional y profesional.