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Los bosques boreales: Unos grandes desconocidos a pesar de ser el segundo pulmón terrestre del planeta

Los bosques boreales bordean un fiordo neblinoso en el sureste de Alaska (archivo).
FAO/Bill Ciesla
Los bosques boreales bordean un fiordo neblinoso en el sureste de Alaska (archivo).
Un nuevo estudio pide más visibilidad para estos bosques, que cubren el 9,3% de la superficie terrestre global, y que desempeñan un papel vital en la conservación de la biodiversidad, la regulación del clima y el sustento de sociedades y economías.

Los bosques boreales representan el 27% de todos los bosques del mundo, lo que los convierte en el “segundo pulmón” terrestre del planeta después de los bosques tropicales. Rodean el Polo Norte y se extienden por América del Norte, Europa y Asia, desempeñando un papel vital en el secuestro y almacenamiento de carbono, la biodiversidad y el sustento de sociedades y economías.

A pesar de su importancia, no reciben la misma visibilidad y atención entre los políticos y el público que sus homólogos tropicales.

Un nuevo estudio publicado por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE), presentado este lunes en el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques en Nueva York, pone de relieve la urgente necesidad de aumentar la comprensión de este “tesoro mundial” y protegerlo.

El exhaustivo estudio y una serie de resúmenes nacionales que lo acompañan (para Canadá, Finlandia, Noruega, Federación Rusa, Suecia y Estados Unidos) concluye que, a pesar de la importancia del bioma boreal, existen importantes lagunas en el conocimiento de sus bosques, su papel en el desarrollo sostenible y su futuro.

Esto puede atribuirse a una investigación fragmentada, basada en condiciones nacionales específicas de cada lugar, y a la falta de una definición y un marco armonizados y consensuados en toda la región boreal.

Falta una definición común

El estudio subraya la necesidad de prestar más atención a los bosques boreales en los debates mundiales sobre desarrollo sostenible, conservación de la biodiversidad, indicadores de sostenibilidad y adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos.

Para empezar, una definición comúnmente acordada ayudaría a delimitar el área que ocupan como condición previa para un seguimiento coherente del bioma.

Esto podría lograrse mediante el desarrollo de un conjunto de criterios e indicadores específicos para el seguimiento de los efectos a largo plazo de las actividades de gestión forestal, las perturbaciones del paisaje, así como el cambio climático, incluidos los incendios y las plagas de insectos.

Dichos instrumentos de evaluación generarían pruebas sobre el estado del bioma para mejorar la formulación de políticas para su gestión sostenible.

Vitales para la biodiversidad y la regulación del clima

Según datos del Comité de Bosques e Industria Forestal de la CEPE, los bosques boreales cubren aproximadamente 1210 millones de hectáreas (9,3% de la superficie terrestre mundial).

Se caracterizan por veranos cortos, húmedos y moderadamente cálidos e inviernos largos, fríos y secos. Su flora se compone principalmente de coníferas perennes tolerantes al frío, como la pícea, el alerce, el pino y el abeto, con algunas especies de hoja ancha como el abedul, el álamo y el aliso.

Los bosques boreales contienen aproximadamente el 48% de los bosques primarios mundiales y son vitales para la conservación de la biodiversidad y la regulación del clima. Desempeñan un papel importante en el secuestro y almacenamiento global de carbono (contienen alrededor del 32% de las reservas mundiales de carbono terrestre) y, por tanto, son clave para mitigar el cambio climático.

Además de proteger los recursos de agua dulce, desempeñan un papel sustancial en la contribución al desarrollo económico sostenible de los países de la zona boreal y proporcionan un suministro sostenible de madera y energía a los mercados mundiales.

A pesar de su importancia, se enfrentan a crecientes amenazas derivadas del cambio climático, como los incendios forestales, los brotes de plagas y el deshielo del permafrost.

Las regiones boreales se encuentran entre las menos densamente pobladas del planeta.